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Y ahora pa ’lante

Y ahora pa ’lante

Este miércoles, la afición santaclareña, en el estadio Augusto César Sandino, despedirá al virtuoso torpedero  Eduardo Paret, uno de los peloteros más grandes que ha dado Cuba en todos los tiempos.

Un astro se despide en noche de estrellas

 Cuando entró en la pelota nacional lo bauticé como: El Pionero Paret. Era corista distinguido del Palacio de los Pioneros en Santa Clara, pero una mañana en un descanso coral se arrimó al terreno de pelota, tomó un guante y cambió para toda su vida la voz cantante por un  rectángulo de griterías, aplausos, victorias, derrotas y amor sublime.

Fue un virtuoso de los engarces de los jiles aplaudibles y de los errores callados, pues nunca una afición acostumbrada a fildeos electrizante le reprobó una esporádica marfilada.

Siempre ha sido comunicativo con sus compañeros y con el público naranja o de cualquier color. Su eterna rivalidad con Germán Mesa lo hizo más grande al jugar en el Latino. Los habaneros nunca lo abuchearon aunque defendían al suyo como el mejor.

Posee el mejor rendimiento ofensivo y defensivo en la suma de eventos nacionales e internacionales. En los juegos Olímpicos de Atlanta lo distinguieron como el soberano del campo corto.

En el  2005 fue elegido como el mejor atleta de Cuba en deporte colectivo y el más sobresaliente pelotero del mundo amateur.

Su mejor doblete lo conectó dentro del estadio del Materno de Santa Clara cuando su mujer, Yaneysi, le parió una victoria jimagua. Tiene otro hijo varón con más dotes de artista que de pelotero.

Mas, para este hombre grande de corazón y modestia, capitán del equipo Cuba por varios años, no todo fue color de rosas:
 
“Estuve suspendido de eventos internacionales desde 1997 hasta el 2000, pero nunca pasó por mi cabeza dejar de jugar pelota ni abandonar mi país. Siempre mantuve mi disciplina y mi patriotismo, y como la Revolución le ha dado una nueva oportunidad a mucha gente, entre ese grupo estoy yo.”
 
Entorna los ojos como siempre hace cuando expresa algo de suma importancia: “Cuando Víctor Mesa comenzó a dirigir el equipo Villa Clara me dijo: “Si rindes en la Serie Nacional te voy a apoyar para que regreses al equipo Cuba”. Y así lo hice. Cumplí con él y él cumplió conmigo.
 
“En el Mundial de Taipei de China, en el 2001, hice cuatro errores en tres juegos. Fue mi peor evento, pero tuve un final feliz porque al regresar a Cuba Fidel me puso la mano en el pecho y me dijo:”¡ Y ahora Pa’lante!”

Es por eso que guardo como mis dos momentos más felices la mañana del 2001, en que me entregaron el carné del Partido, y la noche del 2003 en que Fidel visitó el dugout del equipo Cuba en el Latinoamericano e indagó: “¿Y dónde está Paret?” “Por la manera tan cariñosa que preguntó por mí y la franqueza que me tendió la mano, sentí que había cumplido con su palabra: ¡Seguir Pa’lante!”

Texto: José Antonio Fulgueiras

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